EUROPA
PRESS
28 julio
2018
Prevención,
prevención y prevención: luchar contra el Alzheimer identificando a personas
con mayor riesgo genético
El doctor José Luis Molinuevo,
director científico del Programa de Prevención del Alzheimer del BarcelonaBeta Brain Research Center, ha insistido en
que, pese a todos los avances tecnológicos y farmacológicos que ha conseguido
la ciencia, la mejor solución contra la enfermedad de Alzheimer, a día de hoy
incurable y terminal, pasa por la prevención de la enfermedad y, en concreto, a
identificar a aquellas personas con mayor probabilidad de desarrollarla por la
presencia de determinados genes.
Las causas del Alzheimer aún no han sido esclarecidas por
completo. Existen distintas hipótesis sobre las causas de la aparición de la
enfermedad, aunque la relacionada con el amiloide
está ganando fuerza. Esta teoría se basa en el papel que pueden estar jugando
las placas amiloides, unas placas insolubles
existentes en el espacio extracelular formadas por proteína beta-amiloide insoluble que puede desencadenar la muerte
celular, proceso en el que también parecen jugar un papel clave los ovillos de
proteína tau.
Lo que se ha demostrado es que la formación de depósitos
anómalos de proteína beta-amiloide comienza muchos
años antes de la aparición de síntomas, por lo que se estipula que evitando la
formación de estas placas amiloides se podría
modificar antes de la aparición de síntomas el curso de la enfermedad, que
según estimaciones afecta a 47 millones de personas en todo el mundo y a unas
800.000 solo en España. Todo esto pone el foco sobre la prevención del
Alzheimer debido a la inexistencia de tratamientos para curar o frenar su
progresión. Y es que, al fin y al cabo, la primera investigación sobre
Alzheimer data tan solo de 1980.
"La gran parte de la comunidad científica internacional
está convencida de que el futuro es la prevención, ya que cuando la enfermedad
se manifiesta clínicamente, lleva 20 años en el cerebro de desarrollo biológico
y patológico. Con lo cual, es fácil entender que revertir un proceso así es muy
difícil", explica Molinuevo en una entrevista
con Europa Press tras asistir a la Conferencia de la
Asociación Internacional de Alzhéimer (AAIC, por sus siglas en inglés)
celebrada en Chicago, la reunión internacional más grande e influyente sobre el
avance de la ciencia en demencia.
Esta cita científica reúne anualmente a líderes de más de 70
países para compartir descubrimientos que conducirán a métodos de prevención y
tratamiento, así como a mejoras en el diagnóstico de la enfermedad de
Alzheimer.
Tal y como explica el doctor, autor de una ponencia en la
AAIC, durante toda la conferencia ha habido "mucha insistencia" en el
desarrollo de marcadores sanguíneos para detectar la enfermedad, en los que
"se está trabajando intensamente".
Prevención
primaria y secundaria
En su intervención, Molinuevo
abordó los distintos factores de riesgo que dan lugar a la enfermedad de
Alzheimer, como los biomarcadores que indican su
futura presencia incluso en la fase más temprana de la enfermedad, la
denominada etapa preclínica. "Todo fue muy enfocado en los protocolos para
identificarla a través de biomarcadores, así como la
transcendencia que tiene esto para la práctica clínica futura", comenta el
investigador.
Sobre la prevención, el especialista apunta que existen dos
corrientes de investigación diferenciadas: primaria y secundaria. La primera de
ellas está dirigida a la población general, a "gente sana que no tiene
ningún síntoma ni ningún marcador".
"Sobre ellos ponemos en marcha una dieta particular que
se ha demostrado útil para combatir el Alzheimer, toda una serie de protocolos
para potenciar la cognición, o el control de los factores de riesgo
vascular", explica el doctor del BarcelonaBeta Brain Research Center, perteneciente a la Fundación Pasqual
Maragall. El siguiente paso en este terreno, asegura,
pasa por "desarrollar ensayos multimodales que comprueben realmente la
utilidad que tiene controlar estos factores".
Por otro lado, en prevención secundaria se están desarrollando
programas que actúan con personas en riesgo de sufrir enfermedad de Alzheimer
en un futuro debido a que presentan una dotación genética muy concreta, o
porque tienen unos marcadores de amiloides concretos.
En estas personas se actúa con fármacos dirigidos a quitar el amiloide.
En esta tipología se enmarca, por ejemplo, el conocido
estudio A4, que evalua si al disminuir la acumulación
de sustancia amiloide mediante un tratamiento en fase
de investigación con anticuerpos se puede ayudar a retardar la pérdida de
memoria asociada a la acumulación de amiloide en
algunas personas.
Identificando
genes
Un estudio similar es el Programa Generation,
una investigación en la que el Banner Alzheimer's Institute y las compañías Amgen y
Novartis focalizan sus esfuerzos en hallar respuestas
a la prevención/retraso de la aparición de esta enfermedad en personas con alto
riesgo de desarrollo utilizando marcadores genéticos.
En concreto, el programa engloba dos ensayos clínicos
internacionales y multicéntricos, conocidos como 'Generation
Study 1' y 'Generation Study 2', que tratan de comprobar la eficacia de dos
terapias de anticuerpos anti-amiloide:
el CNP520, un estudio oral del inhibidor BACE1 comparado con placebo; y el
CAD106, una inmunoterapia activa, de forma que ambas están enfocadas a la
prevención y retraso de los primeros síntomas de la enfermedad del Alzheimer.
BACE1 es una enzima que desempeña un "papel
importante" en la producción de beta-amiloide.
"Si determinamos que el inhibidor de BACE1 es capaz de prevenir o retrasar
el inicio de los síntomas en poblaciones sanas, pero con riesgo alto, supondría
un hito enorme para aquellos que se enfrentan a esta enfermedad
degenerativa", expone el doctor.
Para el estudio, se están reclutando a 3.000 adultos, de entre
60 y 75 años, al menos 80 en España, que no presenten absolutamente ningún
síntomas de Alzheimer, pero que destaquen por un mayor riesgo genético por su
edad y porque portan dos copias del gen de la apolipoproteína E 4 (APOE4) o una
copia del gen con evidencias de acumulación de amiloides
en el cerebro.
Durante una media de 5 y 8 años, los voluntarios se
someterán a varias pruebas clínicas para testear el gen APOE4, el principal
factor de riesgo implicado en el aumento de las posibilidades de desarrollo de
la enfermedad. El reclutamiento es complejo, ya que, según cálculos, alrededor
una de cada cuatro personas porta una sola copia del gen APOE4, pero sólo un 2
por ciento de la población mundial porta dos copias.